Los coronavirus son un grupo grande de virus que han infectado a los seres humanos por mucho tiempo. El nombre se debe a la corona de espinas que se ven al observar el virus con un microscopio.

Los coronavirus son bastante comunes. Y las cepas causan síntomas similares en los seres humanos, por ejemplo, tos, fiebre y dolor de cabeza o de garganta. Se contagian fácilmente entre personas.

Al comparar el COVID-19 con otros coronavirus como el SARS y el MERS, se observan diferencias significativas en términos de gravedad y transmisibilidad. Aunque el SARS y el MERS también pueden causar enfermedades graves, el COVID-19 ha demostrado ser más problemático debido a su mayor facilidad de transmisión y su capacidad para causar enfermedad severa en un porcentaje significativo de casos. Esto ha resultado en una presión sin precedentes sobre los sistemas de salud en todo el mundo. A diferencia de sus predecesores, el COVID-19 puede propagarse incluso cuando las personas son asintomáticas, lo que complica aún más los esfuerzos de contención. Además, su capacidad para causar complicaciones graves como neumonía e insuficiencia orgánica, especialmente en grupos de riesgo, ha hecho que la gestión de la pandemia sea particularmente desafiante.

Lo que varía de una cepa a otra es la gravedad. Algunas cepas causan sólo un resfriado leve. Otras cepas en cambio, como el COVID-19, el SARS y el MER, pueden causar síntomas graves en ciertas personas. Esto es especialmente así en las personas mayores de 65 años y las que tienen un sistema inmunitario debilitado o enfermedades crónicas.

El COVID-19 es una zoonosis. Esto significa que apareció primero en animales y se transmitió a los seres humanos. El SARS y el MERS también evolucionaron en animales y luego infectaron a personas.

Los científicos están tratando de comprender por qué es tan virulento el COVID-19. Lo que se sabe es que puede causar complicaciones potencialmente mortales como neumonía grave e insuficiencia de órganos. Por eso, el riesgo de muerte con el COVID-19 es mayor que con otras cepas de coronavirus más leves.

El COVID-19 es especialmente difícil de controlar porque la mayoría de la gente tiene síntomas leves o no tiene ninguno. Y los síntomas pueden tardar hasta 14 días en aparecer. Por eso es clave el autoaislamiento durante dos semanas. Si demasiadas personas se enferman al mismo tiempo, nuestros hospitales y trabajadores de la salud no darán abasto. Frenar la propagación del COVID-19 es la manera más eficaz de salvar vidas.

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Jeff Caba, DHSc, PA-C.

Jeff brings to Buoy over 20 years of clinical experience as a physician assistant in urgent care and internal medicine. He also has extensive experience in healthcare administration, most recently as developer and director of an urgent care center. While completing his doctorate in Health Sciences at A.T. Still University, Jeff studied population health, healthcare systems, and evidence-based medi...

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